En 2018, lanzamos nuestra línea de ropa. Nuestro mentor y buenos amigos la producían en su pequeño taller en Irapuato, Guanajuato, México. Tuvimos un par de buenos años, pero como la mayoría de las cosas, la pandemia nos obligó a tomar algunas decisiones difíciles, ya que el taller se vio obligado a cerrar sus puertas. Después de algunas conversaciones y las bendiciones de nuestros amigos, alquilamos apresuradamente un espacio de estudio disponible y trasladamos las máquinas a Bahía de Banderas, a solo unas pocas millas de la tienda. Después de algunos intentos fallidos, muchas conversaciones a altas horas de la noche y aprender los trucos de producir tu propia línea de ropa, nos acomodamos y nuestro taller se ha convertido en un lugar de experimentación y rigor donde el diseño y la costura se unen en una colaboración informada. No hay nada como la sensación de ver surgir nuevos estilos del taller, que alguna vez fueron solo un puñado de ideas, telas y bobinas de hilo, ahora son piezas completamente realizadas. Es una delicia, a veces estresante, pero siempre un proceso gratificante.